El ritual
Volver a los rituales del hacer tales como lavar, cocinar, cuidar personas, hacer arte. Salir de la estructura laboral convencional para poder dedicarle tiempo al proceso interno y asi sanar, por ende, lograr conectar con uno mismo.
La sombra
Si aprendes a convivir con “la sombra” y le agradeces por lo que te brindó, estas en un plano superior. Un plano es enfadarse, el otro plano es no darle importancia al hecho y por ultimo, ser agradecido.
Simpleza
Se trata de ser simple, concreto para lograr fluir, aceptar, integrar y sobre todo amar.
Samadhi
En varias tradiciones religiosas y místicas del Este de Asia ―como el hinduismo, el budismo, el jainismo, el sijismo y los grupos de yoga― el samādhi es un estado de conciencia de ‘meditación’, ‘contemplación’ o ‘recogimiento’ en la que el meditante siente que alcanza la unidad con lo divino.
Para el hinduismo, el samadhi es una iluminación en la que el meditante trasciende la apariencia fenoménica y se libera así del samsara (el ciclo de nacimiento, muerte y reencarnación). Se lo considera así, junto con el supremo conocimiento o gñana, el momento del moksa o liberación.
De acuerdo a su profundidad, se distinguen varios grados de meditación:
janija, en el que la fijación es pasajera y limitada;
upachara, en el que la totalidad de los sentidos se absorben transitoriamente en el objeto;
appana, en la que la distinción entre sujeto y objeto se elimina por completo.
samapatti, la percepción de lo absoluto. Sos todas las cosas, sos el agua, la tierra, el huracán, todos los animales y humanos. Estas en todo, sos parte de todo. Tenes una visión global y a eso habría que aspirar.
Trascender
Seria liberarse del circulo de repeticiones, de encarnaciones o bien de problematicas constantes que se repiten una y otra vez de las cuales uno no absorbió lo que era necesario aprenderse. Se conoce tambien como liberación de la rueda del samsara. La espada atraviesa el infinito repitente, lo que conlleva a abstraerse de la concepción temporal y aceptar la realidad tal como es.
Se trasciende haciendo.
Venimos a aprender la constancia.
Hay que apreciar la felicidad de los demás y abrazar la nuestra.
Practicar.
Siempre habra alguien mejor, hay que aprender el método.
Tambien hay que liberarse del hacer. Mientras se hace, se suelta y entonces lo dejas reposar en el universo sin importar el resultado de la acción, sabemos que habra una reacción pero quizás esa reacción se de en un futuro que no podamos ver. Por eso, la importancia del desapego de la acción y no estar pendientes del resultado. Simplemente, atraversarlo, ir soltando carga. Uno quizás no vea el árbol dando frutos de la semilla plantada pero aun asi hay que permanecer actuando.
El sistema no quiere que actuemos porque al no actuar, no liberamos, no sanamos y nos alienamos perdiendo contacto con la hermandad que somos. Y asi, estamos atados a escaparnos de nosotros mismos, incluso, con necesidades que nos son impuestas y entremos asi en un circulo vicioso. Hay mas vacio existencial, justamente, al no estar haciendo, al no conectar desde lo interior con el afuera. Nos sentimos infelices y entonces buscamos vaciar esa angustia con bienes que no necesitamos y que están hechas a costa del sufrimiento de otros.
Imaginemos un momento todo el sacrificio detrás del producto que consumimos. ¿Realmente queremos ese mundo? ¿El del consumismo sin medida y sin un propósito mas que llenar ese vacio por un instante?
Deberiamos aprender a seleccionar e invertir en procesos mas equitativos y favorables si no es para todos, al menos la mayoría. Y para eso es fundamental salir de la distracción de si mismos y empezar actuar sin lugar a dudas desde la conexión con uno mismo.
Si nos amamos y aceptamos vamos a desear que nuestra realidad se expanda y vamos a favorecer un circulo virtuoso a diferencia del ante expuesto. Ese es nuestro objetivo, el de nuestra hermandad.
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