Siento rudeza dentro de mí. Mi corazón es incapaz de amar, quizás
sea el miedo a sufrir. Mi único goce es lo banal, efímero…superficial.
El sexo, las drogas, el alcohol son las herramientas
que me permiten olvidarme quien soy y a donde estoy yendo en ese instante que
me dejo llevar por ellas, que me van construyendo y sin quererlo me transforman
en una realidad, un presente que detesto, que me
termina golpeando y lastimando. Y así permanezco en un círculo vicioso, donde
me quiero escapar constantemente pero sigo siendo atrapado una, una y otra vez.
Me mantengo en este abismo que me cautiva.
Me tienta la oscuridad y decido caer ante ella porque es la
única manera en que seguiré cerrado, bloqueado, insensible.
Incapaz de entregarse a sí mismo, porque sabe que solo tiene para
dar un abismo. Y aun así grita por recibir amor, grita porque quiere ser amado.
Le duele ver a las parejas y familias felices, le da envidia, porque le
encantaría estar en ese lugar que ya casi es imposible de alcanzar y que si
bien la vida le da oportunidad, el se sigue escapando a su cruel realidad.
Se autoflagela. Sabe que está
actuando mal mas lo sigue haciendo. Es un caso perdido, que sucumbe ante las
fuerzas del mal, pero en su interior aun sueña, se imagina una vida mágica,
diferente, pero cree que es tarde, que no es una persona destinada a ser feliz.
Entonces nuevamente comienza su autodestrucción, hace todo para escaparse de
esos sueños, para no permitirse siquiera imaginarlos, para demostrarse a si
mismo que su único destino es permanecer en el abismo y en ese eterno vacio con
un sufrimiento sin fin.
Lo único que supo engendrar en su vida es sufrimiento, tanto a
el mismo como a quienes le han rodeado. Solo ha pensado en lo que quería en el
momento sin considerar las consecuencias de cada decisión que había tomado. Se sentía
independiente, libre de poder hacer lo que se le ocurriese.
¿Quién querría a alguien así en su vida? ¿Quién estaría
dispuesto a abrirle su corazón?
Yo!!! Yo se lo abrí. Porque soy igual que el. Porque somos casos
perdidos, con talentos en vano que no triunfan o que no sabemos aprovechar. Lastimamos
a la gente con tal de tener lo que queremos. Creemos que vivimos solos en el
mundo y actuamos sin importar lo que generamos. Nos llenamos de situaciones
banales para distraernos de nuestras realidades. Dos almas corruptas, en
tinieblas.
¿Será posible que ambos reaccionen y modifiquen su andar? ¿O permanecerán
siendo los seres que son incapaces de amar?

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