lunes, 14 de noviembre de 2022

Las enseñanzas de una canción pajarera

 Soy un pájaro que te indica un nuevo amanecer y comienzo. ¡Atención! ¡Atención! ¡Atención! Baja al corazón. Deja el intelecto y comienza a vivir el amor. Entrégate desde él a la pasión. No desde el pensar sino desde que es el que te invita realmente a latir. 

Repito. ¡Atención! ¡Atención! ¡Atención! Ahí, ya sale el sol. Sale del Oriente, del Este. Te invita a despertar, yo estoy volando alto, entonces veo más allá.

Escucha mi canción. Es el espiritu supremo que habla por mi. No hablo como tú pero si abres el corazón podré expresarme hacia ti porque somos vibración. 

Soy la expresión de belleza encarnada, no solo en animal sino en esencia espiritual. Nada nos separa. Somos unidad. 

Juntos vibramos en amor pues estamos constituidos por la misma sinfonía del gran creador.

¡Atención! ¡Atención! ¡Atención! Escucha esta canción.


Y el humano, que escuchaba, casi sin creerlo, dijo:

- Soy el humano que te está escuchando Pájaro Bello. No quiero nombrarte porque hacerlo lo intelectualizaría y más quiero, sentirte en mi corazón pues tu hermosa canción es pura sanación. Me siento como en La Isla de Aldous Huxley. Uno de mis estimados autores favoritos de ficción.


El Pájaro entonces respondió:


-Atención. Atención. Atención. Deja de razonar. Déjame de nombrar. No pienses, tan solo siente.  Somos la misma esencia. Somos uno y aunque hayan pensado nuestra creación individual, de fondo tejemos unidad. Por eso los nombres propios, están demás. La torre de Babel, así, no es ficticia. Si la haces así de real, entonces, el miedo a la sepración se apoderarán. Atención...tu elección de escuchar no solo a los demás, como tu, hablar, abrirá las puertas de la percepción hacia otra realidad.

Junto conmigo, viene el sol, que trae la iluminación. Todo es una combinación de la creación. Si yo puedo ver el sol antes que tu. Es momento de confiar que incluso los elementos de lo natural, cercanos o lejos, yo puedo interpretar. Esa es mi lección del día de hoy para que sigas expandiendo tu corazón.


Y el humano agradecido, entonces respondió con su alma en reverencia:

- Muchísimas gracias, por abrir mi corazón con la llave del amor de tu canción. En este nuevo día, que me despierto con tu mensaje, puedo comprender el sentido de prestarte atención. Lo que espero y deseo con fervor, sostener y conservar este mensaje para mi crecimiento personal. Entonces, no solo escucharte hoy, sino trasladar en cada devenir la pasión y el sentido de tu existir. Que se sostenga será mi propia labor, porque hoy he aprendido lo que es el amor, estar en comunión con la naturaleza, es algo que la vida me ha dado y por eso te brindo mi reverencia. Honro tu ser por supuesto, que hoy te considero par, por estar constituido por la misma fuente natural. Ya no te voy a mencionar ni llamar, pues ahora vive en mi, el gran mensaje que has decidido dirigir.

Gracias por tanto. Que sigas volando alto, y si algún día vuelves a mí, fuertemente agredecido estaré.


Y así, el Pájaro emprendió su vuelo hacia otros lados a depositar la semilla de su tierno corazón, otro día, por supuesto, ya que haber dado ese mensaje a tan solo un ser humano que, de verdad lo escucho y le agradeció, le pareció suficiente para la ocasión.

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