Un mismo color invadió su vida, no había absolutamente nada que no fuera de dicho color, había texturas, olores, alimentos, objetos. Todo, pero todo, absolutamente rojo.
Era un cuarto en donde la realidad externa se fusionó con su ser. Que, por supuesto, también era rojo.
Si lo vieras, desde una camara externa, con un visor, no distinguirias absolutamente la diferencia entre los bordes, los limites.
No existian. Absolutamente ningun limite.
Hasta, si hicieras una radiografia, te hubiera salido roja, mas que seguro. Su sangre roja, su cerebro rojo, sus visceras rojas.
¿Y sabes el significado de ello? La vida misma, el latir de la Madre Tierra, el pulsar, el vibrar, el resonar, con todo lo que es. El inicio de la vida es de ese color, el chakra Raíz en su maximo esplendor acaparandolo todo, absolutamente todo.
Si venias del "afuera", y entrabas allí, seguro te hubieras mimetizado de la misma forma que dicho ser que entro a ese cuarto.
¿Y quién fue el inconsciente que dijo que hay limites en la vida? Los invito a todos, si, a todos, a experimentar ese cuarto, aunque sea un momento de sus vidas, un momento de respiracion, de visualizacion.
Ir, un poco, mas allá de la razón. ¿Diversidad? ¿Para qué?
Obvio, hay que salir de ese cuarto, no podemos vibrar tan alto todo el tiempo, pero es un aprendizaje ir a ese lugar, atreverse, para volver más acá, y ser canal...un canal distinto, que no está en televisión ni en radio. Un canal real, de transmitir la experiencia con el verbo oral, pues...¿De que serviría una ficción contar? Esto no es ficción, muchachos.
Experimentenlo, pruebenlo. Respiren. Sientan. Vibren. Somos uno.
- Ay, pero tu estáis loca
-¿Ya te aprendiste el chamuyo espiritualista?
-Bien, ahora podes hacer negocio, hay muchos que compran cualquier verso...
-Mira que yo ya conozco tu historia, ya se de donde venis...
-Pero si estuviste internada en psiquiatricos, ¿O te olvidas?
-Si, está delirando.
-Claro, que delira.
Si, muchachos, deliro, absolutamente delirante, delirante de amor, delirante de sueños, delirante de realidad, de ese delirio que ustedes nunca van a poder alcanzar, queriendo anular mi experiencia personal. Y es mas, no van a poder, jamas van a poder derribar lo que mi corazon aprendio a ver y seguira aprendiendo, porque como el ser, me he convertida en una con el universo, porque la secuencia de Fibonacci no es mentira, el número divino Phi, es empiria.
- ...
¿Qué? ¿Los dejé mudos? ¿No recuerdan el hombre de Vitruvio? ¿La disposición del cuerpo, de la cara? La regla áurea...¿Cómo está hecha la pantalla cinematográfica, nuestra capacidad de mirada? ¿La disposición de las flores? ¿La cantidad de pétalos? ¿La pirámide de Egipto? Cuantos ejemplos podría mencionar, son tan bastos, pero ustedes no lo recuerdan, aunque lo hayan visto en la escuela como yo. ¿Será que yo prestaba atención? No era ser distinta, no era tener una enfermedad mental, era estar conectada con la verdadera realidad.
Y así todos callados, no supieron como argumentar. La delirante, parece, que dejó delirando a los demás.

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