lunes, 1 de febrero de 2016

Aún no vuelo mas lo intento

Esperaba ansiosa al amor de mi vida, aquel con quien compartiría cada una de mis experiencias, de mi vida. Mi alma gemela. Eso esperaba, y estaba ansiosa por su llegada. Sabia hasta la fecha, había hecho radestesia y le había preguntado al cosmos cuando conocería al amor de mi vida, y ese dia lo conoci. Dude al principio, no sabia que hacer, pero afloje y me entregue, le di mi alma mi corazón, mi compañía. Queria hacerlo feliz, estar siempre a su lado pase lo que pase. En ese momento creía que duraríamos no mas de cuatro meses porque creía que tenia una maldición o algo asi, mis anteriores parejas no habían durado mas que eso, asi que ya me anticipaba a lo poco que iba a durar, pero el me banco, me ayudo a atravesar esas tormentas. Y me sentía comprendida, valorada, acompañada. Lo era todo para mi. A un punto que estaba totalmente ciega, lo admiraba, no le veía ningún defecto, era la perfeccion hecha carne.

Sin embargo esa ceguera me impidió ver, que yo antes de conocerlo era como un pájaro que volaba libre en busca de su otro pájaro compañero, cuando de pronto en ese anhelo tan ciego fui enjaulada pero yo creía que seguía volando, y no, mi vuelo era controlado, manejado, manipulado totalmente. No era otro pájaro como yo, era un humano que me había apresado, omnubilado porque le encantaba el brillo de mis alas, el color de mis pupilas. Se hizo pasar por pájaro cuando no lo era.

Paso tanto tiempo, que mi esencia se fue muriendo poco a poco. Como cualquier animal en un zoológico, que no esta en su hábitat, su chispa divina se apaga. Mi brillo se apagaba cada dia mas y mas, pero este humano que no se daba cuenta que el teniéndome en prisión lograba que mi muerte sucediera cada dia, me culpabilizaba y me castigaba por no poder brillar. Y yo me sentía mal, porque no podía ser que para el no pudiera brillar. Tenia que hacerlo, pero no podía, estaba atada, totalmente atrapada. Tuve mis intentos de escape, pero otra vez era atrapada. Sentia que me moria, me faltaba el aire, mi cuerpo estaba rigido. Y yo seguía pensando en por que mi compañero se encargaba de hacerme sentir culpable en vez de ayudarme a brillar.

Me escape. Como pude, con las alas un poco rotas y opacada. Me encuentro con un pájaro que también estaba herido, pero se hacia el águila superadora de todo, y era un pichon. Pero al menos ya había salido de esa prisión, era un paso importante. Me había dado cuenta, un poco tarde, estuve al borde de mi muerte. Otra vez después de tanto tiempo veía la libertad, mi nuevo amigo, el pichon queriendo ser águila, me hizo ver un mundo nuevo, una realidad que no había visto nunca, y me espante. Al menos estaba con un pájaro como yo, aunque maltrecho, todavía yo no podía arrancar mi vuelo, estaba un poco atareada, asi que lo seguía a el que parecía tenerla mas clara que yo, confie. Sin embargo cai en su trampa porque eran pajaros que ya no iban a poder volar, que estaban atados a Tierra, solo podían caminar y a veces ni eso. Y cada vez que quería volar, me maltrataban, lastimaban mis alas, para que siga con ellos. Quizas era la envidia, o quizás su miedo a la soledad, hoy no lo se.

Nuevamente me moria. Habia engendrado un huevo, iba a ser mama. Pero como iba a permitir que mi bebe surgiera en un mundo donde no pudiera volar, con una mama maltrecha, apagada. Quien le enseñaría a volar? Quien le daría el alimento en sus comienzos mas frágiles? Con que fuerzas lo iba a poder proteger de los demás? Con todo el dolor del mundo, tire lejos ese huevo, y no quise ver como se destruía.  Esas esperanzas de encontrar a mi compañero, a mi pájaro blanco como yo, eran inexistentes. Todo en mi estaba muerto.

Vagabundee lejos de aquel pájaro maltrecho que había empeorado mis condiciones, que se había aprovechado de mi debilidad. Y un humano que me vio ahí tendida, me dio de comer y beber, pero como ya sabia como eran los humanos, asi de traicioneros, seguro me meteria en una jaula otra vez, y me escapaba como podía, pero venia y me cuidaba. Estaba paranoica y miedosa, sin embargo me abrazaba, me daba afecto, me decía palabras bonitas, y me decía que deje el pasado atrás, que solo la luz me esperaba, que debía brillar, que la vida es maravillosa y que si me animaba a volar con mis compañeros me iba a encontrar.

No le crei en ese momento, pero gracias a su cuidado mis alitas sanaron, aunque había perdido la capacidad de vuelo. Me costo mucho volver a tomar vuelo, recordar como era confiar en mi propio poder, mi propia capacidad, parecía que se me había borrado del cerebro. Aun asi de alguna forma empece a volar, y me chocaba una y otra vez con las paredes, con los arboles, muchas veces cai al suelo. Pero recordaba a ese humano que me hacia confiar en mis capacidades. Por momentos brillaba y otros me opacaba. No busque mas a ese pájaro blanco, sabia que tenia que existir, pero no importaba eso, importaba volver a ser yo, poder hacer mi vuelo, retomar mi camino, o bien construirlo sin importar si era la única que quedara de mi especie.

Conoci a muchos pajaros en ese proceso, pero eran de diferentes especies, y cada uno tenia su vuelo, asi que solo nos comunicábamos conocimientos mutuos y por un breve tiempo nos hacíamos compañía. Ya a esta altura era yo y poder volver a brillar como alguna vez lo hice…ya no recuerdo incluso si alguna vez brille, pero creía en ese humano que me cuido.

A medida que mi confianza en mis capacidades volvían a resurgir, me encontraba con otros pajaros que eran tan libres como yo, algunos sumamente admirables, que hacían piruetas en el aire como ningún otro pájaro había visto. Por momentos me frustraba al verlos, porque yo no era capaz. Y otra vez empezar a confiar nuevamente en mi. Asi hasta que lo vi, al pájaro blanco que brillaba, me miró y se freno en su vuelo. Nos miramos, eramos de la misma especie, solo que el brillaba y yo no.

Lagrimas corrian por mi rostro y volaba lejos pero me alcanzaba nuevamente. Como iba a poder confiar con todo lo que me había pasado, no quería volver a una prisión ni estar en una ilusión. 

Ademas ya no lo buscaba, no se que hacia ahí. Quizas era un embustero también.  Aun no lo se, pero desde ese dia, poco a poco volvi a brillar, me anime a seguirlo, con mucho miedo, a veces lo perdia de vista, y me perdia un poco, me opacaba nuevamente porque aun sola no podía hacerlo, o si, quizás si, por momentos desconfiaba, era demasiado perfecto para ser real…sospechaba y buscaba descubrir si era de verdad o no, y cada vez que lo hacia me sentía mal porque recordaba mi pasado, no me permitia brillar como el lo hacia tan natural y despojado de todo temor…y cuando me veía asi de opacada, de pronto aparecia y con su luz el me contagiaba.


Aun tengo mis heridas, aun no brillo como quisiera, aun tengo miedo de volver a caer en trampas ajenas, aun me pierdo por momentos, pero cada dia me encuentro mas y mas. Y asi poco a poco, me estoy animando a volar. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Licencia Creative Commons
Siendo Conciencia por Jessica Gherscovic se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.